Crónica de una paliza

En Mérida la “Ley de la selva” impera por encima de la “Ley de protección a los animales domésticos”

El pasado sábado 5 de abril  de 2008 a las 7:30 p.m. recibí la llamada de la presidenta del Albergue Franciscano del Animal Desprotegido, A.C. (AFAD) la Sra. Lidia Saleh, se escuchaba verdaderamente angustiada. Me pidió apoyo para que acudiera de forma urgente a la colonia Montes de Amé, explicándome que un señor acababa de golpear salvajemente con un bate a una perra de su propiedad, por haber intentado comerse un pollo del patio de la casa. La perrita seguía viva, aunque en muy mal estado.


Próximo al lugar de los hechos “afortunadamente” se encontraba un familiar de la Sra. Saleh, quien además de darle aviso oportuno para que acudieran miembros de AFAD a rescatar a ese agonizante animal, tuvo el valor de dirigirse al infame golpeador de la perrita para tratar de disuadirlo en su acción. No obstante, como suele ser la costumbre en estos casos, cobijado por la impunidad que hasta ahora ha imperado en nuestra ciudad ante este tipo de vergonzosos actos, el golpeador no sólo no se detuvo sino que le daba más fuerte a la perrita con el bate, diciendo que “era su perra y podía hacerle lo que le diera la gana”. Desesperado, y en lo que llegábamos otros miembros de AFAD, el familiar de la Sra. Saleh pidió apoyo para que acudiera una patrulla al lugar. Al lugar llegaron no una sino dos patrullas, pero entonces ocurrió lo ¡inimaginable!, intentaron llevarse al familiar de la Sra. Lidia Saleh, quien los había llamado y quien estaba tratando de disuadir al “troglodita” y “salvaje” golpeador de animales para que se detuviera en sus deleznables actos. Todo tras creer los policías la versión de la madre del golpeador de la perrita, quien les dijo que “ese jóven” –familiar de Lidia- la había insultando y amenazado.
Sin mayor averiguación, y al tratarse de la versión de una “afable anciana”, la policía ya iba a llevarse a quien su verdadero “crimen” había sido alzar la voz para defender a una perrita, atada a un poste y que estaba siendo golpeada. Por fortuna, justo en ese momento llegó al lugar una de las fundadores de AFAD, la Sra. María Eugenia Escobedo, quien no sólo impidió se ejecutara tal injusticia, sino que solicitó a los policías que conforme a lo que marca el “Reglamento para el Control Sanitario y Protección de la Fauna Doméstica en el Municipio de Mérida” –que entró en vigor en el 2003- apoyaran la labor de los miembros de la protectora de animales que habíamos llegado al lugar.

La respuesta de los policías fue que ellos no podían hacer nada –es obvio que desconocen en su totalidad el Reglamento al que se hacía referencia- e incluso trataron de desdibujar los hechos diciendo que se trataba de “un pleito entre vecinos”, se subieron a sus patrullas y se fueron. Ahí terminó su brillante actuación.


Sin más apoyo que nuestra propia convicción de dar atención médica urgente a la perrita golpeada, que había sobrevivido a la paliza, la Sra. Escobedo y yo nos dirigimos al predio donde la tenían y logramos que nos la entregaran. Al verla, constatamos que se trataba de una “radiografía viviente”, se le podían contar cada uno de los huesos cubiertos por una película de piel. Se tambaleaba como efecto de la golpiza recibida en conjunción con la inanición extrema que sufría –como se puede apreciar en las fotos-. Tenía el rostro y el cuerpo sangrando, por los batazos recibidos. Supimos que hacía sólo una semana había parido. Estaba HAM-BRIEN-TA y su “crimen” fue tratar de comer un ave del patio de esa que era “su” casa. Notablemente asustada, pero sin perder la docilidad, permitió que la cargara y la subiera a mi vehículo para brindarle primeros auxilios de forma rápida.

Débil por fuera, pero con una gran fortaleza interna y ganas de vivir, la perrita sobrevivió al infierno. ¡Está viva!, recuperándose bajo la custodia y cuidados de miembros de AFAD. A pesar de lo que ha vivido sigue confiando en las personas, es dócil y agradecida. Ahora está en espera de un hogar, de una familia que la adopte, que la ayude a recuperarse, a enseñarla que en este mundo también hay personas con “manos amigas” de las que no salgan golpes, sino caricias, que seguramente ella sabrá agradecer por siempre.

En el transcurso de esta semana AFAD  presentará la denuncia de los hechos ante la instancia correspondiente, que es la Subdirección de Ecología del Ayuntamiento de Mérida, la anterior administración -de Manuel Fuentes Alcocer- no tuvo el valor, interés, ni voluntad para aplicar las sanciones y multas conforme lo que marca el “Reglamento para el Control Sanitario y Protección de la Fauna Doméstica en el Municipio de Mérida” en estos casos, pese a las múltiples denuncias que AFAD, A.C. les hizo llegar. La pregunta ahora es ¿la actual administración sí hará valer el Reglamento? Es de verdad una incógnita, de la que ya le estaremos informando por este mismo medio.

Fuente: Carta electrónica de Rocio Quintal / Miércoles 9 de abril de 2008

Princesa despues de algunos meses de haber sido adoptada